FRANCOTIRADOR...
Lo ocurrido en Venustiano Carranza
pareció ser un claro mensaje del Legislativo Estatal a los Cabildos en el
sentido de que la ley está por encima de los acuerdos aunque en estricto apego
tendríamos que decir que todavía falta algo.
Si bien es cierto que al designar a
Francisco Moreno como alcalde del municipio lacustre el Legislativo no hizo
sino lo que marca la ley parece ser también un aviso y un golpe de autoridad
para que, dicen, “vean quién manda” aunque también y en un ejercicio de
autocrítica los legisladores deben entender que tardaron tiempo en hacer lo
necesario para prever este tipo de acciones.
De acuerdo con la Comisión de
Fortalecimiento Municipal y Límites Territoriales, es Michoacán una de las
entidades en la que históricamente se notifican más ausencias, transitorias y
definitivas de alcaldes.
Lo lógico era haber legislado de una
manera integral al respecto pues si bien el acotamiento a 30 días para resolver
el caso de la ausencia definitiva de un alcalde que se consigna en la
modificación al artículo 50 de la Ley Orgánica Municipal del Estado de
Michoacán resuelve una parte del problema, el problemas es justo eso, que
solo resuelve una parte.
El asunto, en el caso de la ausencia
definitiva de un alcalde ya no es el tiempo para designar al sucesor o alcalde
interino sino quién debería asumir el cargo aunque la actual Ley Orgánica lo
contempla, esto queda sujeto a la interpretación de los cabildos o los partidos
políticos gobernantes en los municipios en cuestión como ocurrió en Venustiano
Carranza.
Lo ideal sería que se realizarán
también modificaciones al Código Electoral del Estado de Michoacán para
considerar la figura de un “vicepresidente” o “presidente sustituto” que asuma
las funciones del alcalde en las ausencias definitivas y evitar de esta manera
los desgastes sociales, políticos y aún económicos ocurridos como en Venustiano
Carranza donde se postularon quienes no podían, quienes no debían y quienes no
tenían la capacidad de gobernar.
Una reforma electoral se hace
necesaria y aún urgente para evitar que estos vacíos se llenen con las
opiniones de los actores políticos locales quienes ven ante estas carencias de
ordenamientos un campo fértil en el que pretenden aplicar una lógica que en
muchas ocasiones se contrapone a la ley.
Visto desde fuera, la decisión del
Congreso en el caso de Venustiano Carranza pudiera parecer tajante, tiránica,
brutal, de acuerdo a quienes aspiraban a gobernar, pero era la decisión que
marcaba la ley.
Gobierna en este municipio quien la
ley dicta que gobierne aunque, para ser justos este tema debió preverse desde
hace muchos años para muchos otros municipios a través de una legislación
preventiva y no a través de parches hechos prácticamente al vapor.
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