Jiquilpan.
Pese a tratarse de un
río estacional, el Río Jiquilpan se constituye actualmente en un riesgo latente
de salud e integridad física derivado de la invasión de su zona de seguridad y
por ser el recipiendario gran cantidad de descargas de aguas negras.
De manera concreta en
el tramo comprendido entre los puentes de la calle Diego José Abad y el de la
avenida Circunvalación Anastasio Bustamante lo que en teoría debía ser la zona
de resguardo de este cuerpo de agua se ha convertido prácticamente en zona de
establos de pequeña escala, estacionamientos y patios de servicio.
A más de ello durante
todo su recorrido por el centro de la ciudad el río recibe las descargas de
aguas residuales tanto domésticas como de empresas dedicadas al procesamiento
de lácteos lo que al correr de los años ha generado un deterioro irreversible
en el micro ecosistema de este cuerpo de agua.
Otro de los problemas
que enfrenta es el saqueo de material pétreo en diversos tramos de manera
concreta en el que se ubica entre las calles de Diego José Abad y Porfirio
Villaseñor donde incluso se ha construido una especie de plataforma para
maquinaria pesada lo que ha reducido de manera significativa el cauce natural
por lo que en caso de una temporada de lluvias regulares podría generar
desbordamientos calles más abajo.
Sobre este tema en su
oportunidad las autoridades locales señalaron que era competencia de la
Comisión Nacional del Agua la vigilancia de esta zona de resguardo que fue
marcada justamente para evitar riesgos a los vecinos que se asientan en las
márgenes de este río.
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