FRANCOTIRADOR
Seguramente para cuando estas líneas
vean la luz del día cientos de Ciénegueños estarán regresando ya de su turismo
electoral en las entidades en las que se registraron elecciones este domingo y
tendrán que dar cuentas, a sus partidos y en algunos casos a los
cuestionamientos ciudadanos.
Cifras dadas por los propios panistas
aseguran que tan solo del municipio de Sahuayo salieron mil blanquiazules
empleados y no de la alcaldía para reforzar los procesos electorales en Nayarit
y el Estado de México a donde, por cierto también se dieron cita dos flamantes
regidoras del PRI de Jiquilpan en apoyo al priismo de aquellos lugares
mientras que algunos perredistas de la región se mandaron hasta Veracruz a
reforzar los trabajos.
Será a partir de este lunes que los
que se fueron regresen y tengan que empezar a dar cuenta no de los resultados
de las elecciones sino de los cuestionamientos de la ciudadanía porque al final
de cuentas no había motivo para que se fueran y desatendieran sus asuntos en
las localidades.
Cierto, en el caso concreto de las
dos regidoras de Jiquilpan tienen todo el derecho de apoyar a su instituto
político en la medida de sus posibilidades y capacidades sin embargo y hasta
que no se diga lo contrario el cargo de regidor se ejerce de tiempo completo y
el de legislador, local y federal; esto es, los representantes populares no
están sujetos al cumplimiento de una jornada laboral y al parecer en Jiquilpan
los regidores no están tampoco sujetos al cumplimiento de sus funciones pues es
de sobra conocido que las comisiones de Salud, Asistencia Social, Comercio y
Turismo simplemente no muestran avances, no hay una verdadera línea operativa
como ocurre con la regiduría de Educación y Cultura que al menos cada semana se
encarga de procurar eventos a través de sus dos direcciones.
Desgraciadamente los
cuestionamientos, que tendrán que ser severos para con las regidoras, han
adquirido un tono sarcástico cuando la gente se pregunta ¿Para qué las
llevaron? Y es cierto pues con el respeto que merece su investidura pública y
su género, ninguna de las dos regidoras ha logrado rebasar la línea media en
cuanto a productividad en sus quehaceres de cabildo, traducido pues, no son
para nada las grandes estrategas u operadoras políticas que pudieran haber
cambiado el rumbo de la elección en el Estado de México, vamos, de no haber
sido por su candidez al publicar sus fotografías nadie, nadie se hubiera dado
cuenta que no estaban cumpliendo sus funciones en Cabildo; de ese tamaño es la
levedad del ser de las dos regidoras.
Se tendrá que sentar un precedente
sin embargo respecto a esto y se le tendrá que dar una correcta lectura a estos
hechos porque una cosa es incuestionable, tras la declaración del alcalde de
Jiquilpan en el sentido de desconocer si las regidoras habían solicitado
permiso para ausentarse de cabildo, queda claro que al menos para ellas, la
jerarquía política no pasa por el alcalde y definitivamente son otros los dedos
que mueven los hilos.
Cierto, el resultado en el Estado de
México iba a ser el mismo con o sin las porras de las regidoras jiquilpenses
pero el efecto de esta visita pudiera no haber sido planeado para impactar allá
sino acá.
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